jueves, 14 de mayo de 2009

Nacía un peronista

Creo que todos somos peronistas, solo que algunos no se han dado cuenta y quizás nunca lo hagan. Muchos murieron sin enterarse, es que no todos tuvieron mi suerte.

Mi cuento se remonta no mucho tiempo atrás, a mis últimos años de mi querido secundario. Me toco una de las peores profesoras que recuerdo. Mala como persona y muy mala a la hora de contarnos la historia de nuestro país. Pero con la historia no se juega señora.

A esta profesora le bastaron, en su primer día de clase, solo veinte palabras de "bienvenida" para hacer llorar a una compañera y amiga. Ya habíamos empezado mal desde el primer día. El correr del tiempo no hizo mas que mantener intacta la bronca que le tuve en ese momento.

Entonces, en una de sus clases comenzó a hablar acerca del peronismo. Lo hacia con un odio muy particular y curioso, despreciaba lo populista y todo el tiempo hablaba de demagogia. Se la pasaba repudiando al general y no mezquinaba con su resentimiento hacia nuestra querida Evita. Para ese entonces yo no tenia una gran idea del peronismo.

Pero en una de esas sucedió, me di cuenta y me dije: si esta señora habla así del general, entonces tan equivocado no debe haber estado. En ese momento supe que yo era un peronista mas. Luego con el tiempo me fui enterando de muchas otras cosas. Y supe de grandes luchas, de batallas que aun hoy continúan, de trabajadores, de mujeres, niños y ancianos, de un general que servia a su pueblo y de una mujer que dejo la vida por sus descamisados. Y también supe de oligarquías y traidores, de mercaderes que vendieron la patria por su beneficio, supe del capitalismo y sus sirvientes, y de dictaduras y mucho mas. Todos gracias al odio de una profesora que nunca supo que ella también era peronista, todavía esta a tiempo, creo. Gracias profe.

Ya que estoy, aprovecho para pedirle perdón públicamente al Prof. de Geografía de 7mo año porque entre tantas boludeces que veíamos en el secundario era el único que nos hablaba de Monsanto y de las consecuencias de un país sojero, el único que nos batía como venia la mano. Le pido perdón por no haber escuchado ni una de sus clases y por hacer que sea prácticamente imposible enseñar en esa aula.

0 comentarios: